Ollas comunes en Perú afrontan la creciente crisis alimentaria y crean redes de lideresas
(Tomado de Cuso International, Stories)
Versión traducida del inglés
Antes del confinamiento por la COVID-19, Luzmila Huarag sostenía su vida y la de sus niños en un frágil balance. Madre soltera de tres niños en el distrito de San Juan de Lurigancho en Lima Perú, impulsaba un pequeño negocio de venta de tamales y esperaba terminar sus estudios para convertirse en profesora. La vida no era fácil, pero podía con ella. Sin embargo, la pandemia cambió todo. Durante el confinamiento, ella y millones de otras mujeres en Perú se quedaron sin un ingreso y sin formas de proveer a sus familias. A raíz de la pandemia, el número de personas sin una adecuada nutrición aumentó en todo el mundo, pero la situación fue especialmente alarmante en Perú debido a unos índices de pobreza que se acrecentaron exponencialmente.
“Todas las puertas que se habían abierto antes se cerraron para mí. Estaba muy desesperada. Sentía como si todo estuviese perdido” dice Luzmila de 43 años. Fue en este punto que las mujeres de su barrio y de otras comunidades a lo largo de Lima comenzaron a organizar comedores comunes para asegurar que sus familias recibieran al menos una comida decente al día. “Ocho mujeres cocinan. Nosotras cocinamos cada día para 100 personas y alimentamos 40 familias” dice Luzmila de su barrio. “También alimentamos ancianas y ancianos y otras personas quienes no pueden cocinar sus propios alimentos. No tengo otros ingresos, con la olla común, puedo asegurar que mi familia va a ser alimentada.”
Las ollas comunes se han expandido a lo largo de Lima, proveyendo una red única de protección social frente a la escalada de la crisis alimentaria. A la fecha, más de 2500 ollas comunes han alimentado cerca de 250,000 familias. Asimismo, entre el gobierno local, lideresas
de cocinas comunitarias y organizaciones de la sociedad civil han establecido una Red de Ollas Comunes y una Mesa de Seguridad Alimentaria para coordinar sus esfuerzos. Así pues, para asegurar que esta iniciativa continúe y apoyar a las mujeres de bajos recursos en Lima, Cuso International impulsa el Proyecto Mujeres Unidas por la Seguridad Alimentaria y Ambiental (MUSA), el cual comenzó en enero de 2022. El Proyecto MUSA vincula huerteras con mujeres de las ollas comunes para compartir conocimiento, y promover la seguridad alimentaria y la participación de las mujeres en las tomas de decisiones. “Este Proyecto crea una oleada de apoyo mutuo y permite el intercambio de conocimiento entre mujeres y sus comunidades”, dice Pilar García, Representante País en Perú de Cuso International. “Las mujeres que viven en pobreza aprenderán cómo ejercer sus derechos, usarán su expertise para ser partícipes en la toma de decisiones y revisarán enfoques de acceso a alimentos nutritivos
De igual manera, el Proyecto MUSA incorpora componentes medioambientales tales como innovaciones agroecológicas para mejorar la producción y el emprendimiento. Esto incluye el uso y recolección eficiente del agua, la producción y procesamiento diversificado de alimentos y el mejoramiento al acceso de recursos locales como semillas, compost, control de plagas, asistencia técnica, así como el compromiso de organizaciones de apoyo y voluntarios para asegurar la sustentabilidad del Proyecto.
Como parte de las ollas comunes, Luzmila y otras mujeres de su barrio instalaron una huerta común del cual toman vegetales para los platos que cocinan a través de la semana. La producción de la huerta también es distribuida entre las familias de la comunidad para ser preparadas en sus casas. Luzmila está lista para enviar a sus niños a las actividades extracurriculares como karate y fútbol a través de las alianzas entre la Red de Ollas Comunes y el Instituto de Desarrollo Urbano (CENCA), partner de Cuso International. Durante el confinamiento, CENCA proveyó de espacio para que niñas y niños puedan acceder a clases en línea. “Espero que en el futuro, mis hijos puedan tener mejores oportunidades, así podrán ingresar a la Universidad y convertirse en profesionales” dice Luzmila. “También espero poder finalizar mis estudios. Me gustaría que todas las mujeres de mi comunidad puedan tener acceso a oportunidades de formación para que así puedan cumplir sus sueños.”